
Color, forma del corte y pureza del diamante: cómo elegir el ideal
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Elegir el diamante ideal no solo depende del tamaño o el precio, sino de conocer tres factores clave que determinan su belleza y valor: color, corte y pureza.
El color influye directamente en el brillo y la apariencia. Los diamantes completamente incoloros son los más valiosos porque permiten una mayor refracción de la luz, pero también existen tonalidades más sutiles que ofrecen belleza y elegancia a un precio más accesible.
El corte es el responsable del destello y la luminosidad de la piedra. Un buen corte maximiza el brillo, mientras que la elección de la forma —redondo, princesa, ovalado, esmeralda, entre otros— aporta personalidad y carácter a cada joya.
La pureza se refiere a las pequeñas inclusiones o imperfecciones naturales en el diamante. Mientras menos tenga, mayor será su rareza y valor, aunque incluso aquellos con mínimas inclusiones pueden lucir impecables cuando se seleccionan correctamente.
Cada diamante es único, y elegir el adecuado es encontrar el balance perfecto entre estos tres elementos. Por eso, ofrecemos asesoría personalizada para que cada pieza que elijas refleje tu estilo, historia y ocasión especial.